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:: JARDINES MINIATURA BONSAI

Un bonsai no es una variedad naturalmente enana, ni tampoco se le trata con una poción especial para detener su crecimiento, el cual no se restringe confiando las raíces en una maceta, sino por medio de una poda y un desmoche constante. El cuidador decide enteramente el tamaño y la forma, y su habilidad hortícola y artística determina también su salud eventual y su calidad estética.
I
ntroducción
Las dos sílabas de la palabra japonesa bonsai se traducen literalmente como "árbol en un cuenco", pero cuando se combinan adquieren un significado enteramente más trascendente. Un bonsai es una planta colocada en un recipiente estéticamente amónico, que ha sido sometida a determinadas técnicas de horticultura y escultura para crear una imagen de árbol. Por una parte estas imágenes son virtualmente réplicas exactas de sus primos de tamaño grande. Por otra, pueden llegar a ser esculturas casi abstractas, inspiradas por los paisajes de la imaginación.
Un bonsai no tiene por qué ser antiguo para ser bueno. Es perfectamente posible crear un delicioso arbolito en una tarde, aunque hasta que se ha consolidado en su maceta no es un verdadero bonsai.Una vez aclarado este punto, los bonsais mejoran con el tiempo. La textura de la corteza, el torneado del tronco, la estructura de las ramas, las ramitas finas y su forma requieren tiempo para desarrollarse, incluso con una mayo que ayude. Con el paso de los años, y con los cuidados y atenciones correctos, un buen bonsai puede convertirse en un bonsai mejor. Sin embargo, un árbol joven mal diseñado sólo puede llegar a ser un árbol viejo mal diseñado, por lo cual es esencial obtener la forma básica correctamente desde el principio.

Orígenes
Se desconoce cuando se cultivó el primer bonsai, pero sabemos que los antiguos chinos cultivaron paisajes miniaturizados en recipientes planos. Estos jardines miniatura completos con árboles, rocas y musgo, o pejing, fueron los antecesores de los bonsais. Los primeros testimonios gráficos de penjing aparecieron en murales de templos chinos durante la dinastía Han, alrededor del año 200 a. de C.Las plantaciones de árboles individuales llegaron más tarde, aunque no se sabe exactamente cuándo. Se llamaron pun-sai, la raíz china de la palabra japonesa bonsai. En realidad, los caracteres japoneses y los chinos para ambos términos son idénticos. Cuando los chinos invadieron Japón en la Edad Media introdujeron, entre otras cosas, la religión budista. En esa época los monjes eran custodios de todas las formas de herencia cultural y llevaron con ellos su lenguaje escrito, su arte y sus bonsais. Durante siglos la propiedad de los bonsais estuvo restringida a personas nobles y de alta alcurnia. Por aquel entonces todos los bonsais se creaban a partir de antiguos árboles desmedrados recogidos en las montañas, donde su constante batalla con el duro entorno había restringido su tamaño y les había dado formas nudosas y retorcidas. Se llego a reverenciar tanto la tenacidad de estos árboles que se les atribuyeron cualidades espirituales, que serían heredadas por sus propietarios.No fue hasta este siglo cuando el ciudadano normal empezó a practicar bonsai, y entonces ya se había convertido en un arte disciplinado, altamente refinado y estructurado. Fue tal la implicación de los artistas dedicados al bonsai que un grupo de ellos decidió llevar más lejos su arte formando la "villa del bonsai", Omiya, que ahora es un suburbio exterior de Tokyo y una meca para los entusiastas del bonsai de todo el mundo.

Inspiración
Estamos rodeados por árboles de un tipo u otro, los cuales constituyen naturalmente la base de la inspiración de todos los artistas del bonsai. Pero contemplar los árboles no basta, sino que realmente tiene que verlos profundamente para analizar su estructura, de modo que pueda reproducir las imágenes más auténticas en miniatura.Si pide a un niño de ocho años que dibuje un árbol, probablemente le presentará un tronco marrón recto coronado por un círculo verde macizo. El niño sabe que el tronco es gris en vez de marrón, y que un árbol tiene ramas visibles que soportan una copa que en realidad no es redonda. Aún así, los niños carecen de la capacidad analítica necesaria para trasladar el papel estos conocimientos.La mayoría de adultos poseen esta capacidad, pero aprender cómo utilizarla aplicada al bonsai puede exigir cierta práctica. Hay que pasar todo el tiempo que sea posible estudiando a los árboles, ejemplares aislados o grupos, especialmente durante los meses de invierno, cuando son claramente visibles las estructuras de las variedades caducifolias. Observará que las ramas de los árboles más jóvenes tienden a crecer hacia arriba, mientras que las de los más viejos son más horizontales. Podrá ver que todas las ramas crecen hacia el espacio despejado más próximo en el follaje para alcanzar la luz. Los árboles jóvenes que crecen cerca de otros mayores también se apartan de sus vecinos por la misma razón.Si mira hacia el follaje de los pinos viejos observará que las ramas giran en todas direcciones, reflejando el influjo del tiempo atmosférico sobre los flexibles tallos jóvenes. También encontrará jins y sharis naturales y podrá averiguar cómo se formaron hace años. No hace falta viajar hasta escarpadas laderas de las montañas para ver todo esto, ya que están alrededor nuestro, en los parques y jardines, y forman la base de muchos estilos de bonsai.Sin embargo, si observa aún más detenidamente, estará en el camino para un buen tratamiento. En la montaña los árboles crecen en suelos pobres y delgados y están expuestos a vientos fuertes y a tormentas. Su constante lucha por la superviviencia les confiere un inmenso carácter: ramas giradas y retorcidas, raíces a la vista por la erosión del suelo y troncos casi despojados de su corteza. Aquí esta la fuente de inspiración de estilos tales como azotado por el viento, raíces sobre rocas, literati y cascadas.

Tamaño y edad
Una de las primeras preguntas que toda persona hace en su encuentro inicial con un bonsai es: ¿Cuántos años tiene?. Es natural la fascinación ante esos ejemplares de apariencia antigua, y la consideración de que sucesivas generaciones de pacientes artistas los han cuidado. En muchos casos, especialmente con árboles recolectados en el bosque, es imposible saber la edad exacta, tan sólo se puede adivinar. Tal como un famoso maestro en bonsai dice: "Nunca se debe preguntar su edad a una mujer bella".Lamentablemente, nos pocos comerciantes sin escrúpulos aprovechan esta fascinación por la edad de los bonsais, y la exageran para cobrar más por sus ejemplares. Si la imagen es de un árbol de ochenta años, sostienes que ésa es su verdadera edad. El engaño puede descubrirse fijándose en factores tales como la textura inmadura de la corteza y en heridas de poda sin curar. No obstante, esos comerciantes son escasos y no suelen ser especialistas en bonsai.Una vez haya cultivado unos cuantos bonsais, se dará cuenta de la escasa importancia que tiene realmente la edad verdadera comparada con la edad aparente. Más significativo es el tiempo que el árbol ha sido tratado como bonsai. Incluso esto es de importancia secundaria en comparación con la belleza de la forma, el color y la textura.