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Los saguaros o sahuaros, como comúnmente se les conoce a estas plantas, son los cactus columnares típicos del Desierto de Sonora. Se trata de un género monotípico y es una de las especies de mayor porte entre las cactáceas.[1]
El saguaro es de característico tallo columnar, que puede alcanzar una altura de 15 m y un diametro de 65 cm Presenta ramificaciones que pueden encontrarse en un número superior a 7; que pueden a su vez presentar nuevas ramificaciones. La cantidad de las facetas del tallo (las costillas), son entre 12 y 24 y son obtusas. Las areolas son de color pardo, y estan separadas entre sí unos 2 cm. En la zona apical la distancia es menor y aparecen recubiertas por un fieltro color pardo. Las espinas radiales pueden ser 12 o mas, y las centrales entre 3 y 6 de hasta 7 cm. de longitud. Son de color pardo y se van volviendo grises a medida que la planta envejece. Las flores, de pétalos cortos, aparecen en la parte superior de los tallos. Son de un destacado color blanco y tienen 12 cm. de diámetro. El fruto es rojo y además comestible; madura en verano. La floración es en primavera; las flores se abren durante la noche y permanecen abiertas parte del día siguiente.
De crecimiento muy lento, se calcula que 1 metro de saguaro necesita de unos 30 años en las mejores condiciones de sequedad y luz. La velocidad máxima que puede alcanzar en alguna ramificación vigorosa es de unos 10 cm por año. Los ejemplares más grandes que existen en la parte del desierto que corresponde a
Arizona pueden tener 200-300 años.
Resisten grandes
diferencias térmicas, propias de los desiertos: temperaturas mínimas de -9ºC. hasta superiores a los 50 ºC.
La
polinización cruzada entre diferentes ejemplares es llevada a cabo, en el biotopo, por abejas, algunas aves y un tipo de murciélago.
El saguaro ha sido desde tiempos remotos parte muy importante en la economía y la tradición de los
indígenas del desierto, particularmente de los pápagos. Sus troncos suelen servir como material para la construcción de viviendas, mientras que tanto sus flores como sus frutos, ricos en azúcares, y sus semillas son comestibles.[1] A partir de las pulpas rojas de los frutos se prepara un jarabe, y en ocasiones también un vino que suelen usar de forma ritual en una ceremonia para la lluvia.[2]