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Producto del trabajo mancomunado entre la Academia de Ciencias y su creador, desde 1984 hasta la fecha el Jardín de los Helechos ha ido ganando un espacio reconocido entre las instituciones similares de Cuba y goza actualmente también de un prestigio internacional. En estos momentos el Jardín lleva a cabo la inversión de un Proyecto General de Desarrollo patrocinado por la Municipalidad de Almonte, Huelva, España, destinado a dotar al Jardín de la infraestructura necesaria para un eficaz funcionamiento y una mayor incidencia en su trabajo de divulgación de la pteridoflora cubana, la promoción de su uso sostenible y su conservación. El Jardín cuenta con seis trabajadores y está insertado en el Plan Nacional de Ciencia y Técnica con cinco proyectos de investigación. Por los resultados de su trabajo la institución ostenta la honrosa condición de “Colectivo Vanguardia por la Emulación Socialista”.
El objetivo fundamental del Jardín de los Helechos es el estudio integral de las pteridofitas de Cuba. Este estudio comprende aspectos tales como la Sistemática, la Ecología, la Fitogeografía, la Etnobotánica, la Conservación y la Horticultura de las especies cubanas, haciendo énfasis en las posibilidades docentes del Jardín y en su potencial como centro promotor de la educación medioambiental.
El Jardín de los Helechos se encuentra en la zona Sur-Oriental del País, entre las principales formaciones montañosas donde se concentra el 80 % de nuestra diversidad pteridológica. El mismo está ubicado a medio camino entre la ciudad de Santiago de Cuba y el poblado del Caney, distantes cuatro kilómetros, a una altitud de 30 m snm. Esta ubicación se ve favorecida por un clima húmedo y fresco, en relación a la cercana ciudad, con una temperatura promedio anual de 25 grados Celsius, una humedad relativa de entre un 70 y un 90 % y una pluviosidad promedio anual de 1,400 mm proporcionada, principalmente, por la cercanía de la Cordillera de la Gran Piedra y su acción como punto de confluencia de los vientos alisios húmedos del Nordeste con los vientos cálidos y secos del Sur lo cual propicia lluvias bien repartidas a lo largo del año. Otras condiciones favorables para la vida de las pteridofitas en el Jardín son: un suelo aluvial muy fértil y con un Ph de 6.2, un manto freático muy cercano a la superficie y el denso arbolado circundante que cotrarresta la acción secante del viento. La idoneidad de estas condiciones naturales, conjuntamente con las condiciones artificiales creadas a lo largo de 25 años, se demuestra en que 107 taxa (36.3 %) se reproducen espontáneamente y por diferentes vías en el Jardín (Shelton & Caluff, 1994).
En el ordenamiento y mantenimiento del Jardín de los Helechos se siguen criterios ecológicos. Para la fertilización de las plantas se emplean los residuos vegetales generados en la misma instalación y en sus alrededores; el control biológico de plagas se lleva a cabo por la rica fauna acompañante compuesta por numerosas aves, cubanas y migratorias, varias especies de lagartijas, varias de ranas, cinco especies de culebras, jaibas de río y numerosos invertebrados; esta fauna acompañante embellece y da vida al Jardín. Todos estos animales y plantas conforman un pequeño ecosistema de 3,000 m2 establecido durante 25 años de existencia y coexistencia.
La colección viva de pteridofitas está constituida por 295 taxa infragenéricos pertenecientes a 59 géneros y a 21 familias. De ese total, 228 son plantas autóctonas, provenientes de todas las regiones de Cuba y 67 son plantas exóticas representativas de diferentes regiones del mundo. Hace aproximadamente dos años la colección de plantas vivas llegó a contar con 350 taxa infragenéricos, pero debido a la carencia de elementos de sustrato especiales, como es el humus ácido y la tierra ferralítica, muchas especies acidófilas murieron. En este momento el jardín se recupera y las colecciones se incrementan paulatinamente.
Desde el punto de vista taxonómico la colección contiene representantes de las cuatro clases que conforman la División Pteridophyta así como de las familias, desde las más primitivas, como Psilotaceae, Equisetaceae, Selaginellaceae, Ophioglossaceae, Osmundaceae y Marattiaceae, hasta las más evolucionadas. Todas las plantas están etiquetadas, poseen su nombre científico, su areal de distribución y un número de registro de datos. La gran mayoría de los tipos biológicos y ecológicos de las pteridofitas están asimismo presentes en el Jardín, desde los geofitas hasta los fanerofitas, incluyendo las epífitas y las lianas.
En este Catálogo se utiliza el término taxon infragenérico debido a que la colección está compuesta por especies, subespecies, variedades, formas, cultivares e híbridos naturales, algunos de los cuales incluso se han generado espontáneamente en el propio Jardín. Muchos de los taxa que aparecen en el listado como sp. son plantas en proceso de descripción o desconocidas.
Entre los 228 taxa autóctonos se cuentan 15 endémicos y otros 6 posibles endémicos aún en estudio. Están presentes asimismo 17 taxa categorizados como amenazados (Sánchez & Caluff, 1997) de los cuales 2 son Vulnerables, 14 Raros y 1 Indeterminado. Otros 33 taxa son plantas poco frecuentes en la naturaleza, candidatas a ser categorizadas en el futuro. Estos endémicos y especies amenazadas se mantienen en el Jardín para facilitar el estudio de su biología reproductiva y algunos han sido ya multiplicados sexual o vegetativamente con el objetivo de llevarlos a otros jardines botánicos y en un futuro realizar reintroducciones en sus hábitat naturales. El Jardín posee una metodología propia para el cultivo de esporas (Caluff y Couso, 1983) que utiliza recursos naturales y reciclados; por esta vía se han obtenido reproducciones de especies endémicas, amenazadas, de interés económico y exóticas de alto valor ornamental o botánico.
En la colección viva se encuentran muchos taxa utilizados de algún modo por el hombre y entre ellos varios a los que la literatura les atribuye propiedades medicinales (Murillo, 1983; Roig, 1974). En los viajes de colecta al campo se hacen entrevistas para conocer el uso que la población hace de las pteridofitas.
Entre los 67 taxa exóticos merece destacarse la colección de Platycerium y otros helechos drynarioides, así como las de Selaginella, Davallia, Nephrolepis y la de Asplenium, del grupo conocido como de A. nidus, que son las más completas del país