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Actiniaria
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Anthopleura xanthogrammica
Clasificación científica
Reino:
Animalia
Filo:
Cnidaria
Clase:
Anthozoa
Subclase:
Hexacorallia
Orden:
Actiniaria
Subórdenes
Endocoelantheae
Nyantheae
Protantheae
Ptychodacteae
Las anémonas de mar o actinias (Actiniaria) son un
orden de antozoos hexacorales. Algunas se fijan a la arena del fondo pero la mayoría, como es el caso de las actinias, se anclan a soportes más sólidos, como las rocas. Llegan a medir hasta 7 cm de alto. Parece una colorida planta y no un animal. Hay más de 800 especies.[1]
Utilizan los tentáculos urticantes para capturar pequeños animales que nadan por las inmediaciones. Viven en zonas costeras normalmente expuestas a mareas bajas, pero son especialistas en sobrevivir fuera del agua. Repliegan sus tentáculos y llenan sus cavidades de agua, lo que impide que se sequen cuando quedan expuestas al aire. Se las encuentra en el Océano Atlántico y en el mar Mediterráneo.
Tienen
simetría radial, como los radios de una rueda, una simple apertura que da a una cavidad central y poseen nematocistos, células urticantes que liberan dardos venenosos en respuesta al contacto. Las anémonas son mucho más fáciles de mantener que los corales, aunque muchas de las anémonas más populares comparten con muchos corales la posesión de algas simbiónticas y requieren estar muy bien iluminados para prosperar. Estas anémonas esticodactilineas contienen algas y se alimentan tanto de los productos de las algas y de las presas que capturan con sus tentáculos, como del alimento que les traen expresamente los peces anémonas. Las especies más populares están dentro de los géneros Radianthus, con largos tentáculos, o Stoichacis y Discosoma, con tentáculos mucho menores, lo que les da cierto aspecto de toalla: las diferentes especies de peces anémona varían según si realmente "alimentan" a su anémona o sencillamente la utilizan como despensa.
El conocido
pez anémona Amphiphrion ocellaris tiene más tendencia a robar la comida de su hospedador que a proporcionársela. Existen muchas especies de pequeñas anémonas que se mantienen en acuario solamente por su belleza, y muchas de ellas pueden reproducirse en el acuario por bipartición, por gemación de jóvenes o por reproducción sexual, método que en muchas especies acaba con la incubación de los jóvenes en la cavidad central y su posterior expulsión a su alrededor. No todas las anémonas son bienvenidas en el acuario. El género Cerianthus de anémonas tubiformes incluye muchos miembros atractivos, con bellos colores pastel y largos tentáculos, pero son letales y llegan a matar a las criaturas más pequeñas, incluso a crustáceos que normalmente podrían escapar ilesos de una anémona. Todavía peor es la anémona fuego (Actinodendron) que parece un árbol pequeño con muchas ramas, las cuales pueden infligir dolorosas heridas al propio acuarófilo y a sus compañeros de tanque.