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André le Nôtre
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André Le Nôtre (París, 12 de marzo, 1613 – 15 de septiembre, 1700, fue jardinero de Luis XIV de 1645 a 1700, se encargó de diseñar los jardines del Palacio de Versalles, del Palacio de Vaux-le-Vicomte y de Chantilly. Fue un conocido cortesano que gozó de la amistad y afecto de Luis XIV. Fue el diseñador de los proyectos de numerosos jardines a la francesa. Su padre, Jean Le Nôtre fue jardinero del rey Luis XIII

Interesado especialmente por la perspectiva y las ilusiones ópticas trabajó como supervisor de los jardines y alrededor de los 40 años realizó su primera obra, junto al arquitecto Luis Le Vau y el pintor y escultor Charles Le Brun

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Las actuales concepciones paisajísticas están relacionadas de forma directa con la zona geográfica en la que comenzaron a definir sus particularidades. Pero más allá de las especies florales o arbóreas que determinado clima obliga a proyectar dentro de un jardín, está la propia cultura y filosofía del lugar donde se origina la corriente del diseño. Así, un jardín oriental tendrá pocas líneas en común con uno de inspiración francesa.

En este caso, nos ocuparemos de desentramar las características de uno de los estilos más difundidos a lo largo y ancho del planeta: el jardín inglés. En general, podemos admitir la delicadeza racional con la que estas peculiares extensiones de terreno son planificadas. El control es un matiz que reina de forma sobreentendida: no quiere hacerse presente pero, en realidad, de él surgen el resto de elementos. En definitiva, el azar que sugiere es sólo apariencia.

El azar de lo estricto
El juego del artificio debe pasar por natural, por eso, una de las reglas es revestir de realidad aquellos componentes creados a propósito. Las ondulaciones intencionadas deben ser suaves para que provoquen la sensación de haber estado siempre ahí. Los jardines simulan relaciones estables entre las áreas huecas y los espacios cargados. Lo esencial es que el observador aprecie estas diferencias como innatas al parterre.

El eje inglés domina el territorio de un modo más sutil que su hermano francés porque los límites se vuelven irregulares pero perfectamente normales a nuestra percepción. Por otro lado, la especial sutiliza del eje que articula los jardines ingleses queda revelada con una simple mirada al horizonte: allí donde la vista se pierde, se proyectan elementos arquitectónicos que llegan hasta nuestra retina sirviéndola de colchón.

La figura de Capability Brown
El definitivo suprematismo de estos magníficos diseños verdes llega de la mano de Capability Brown: "el paisajismo inglés no busca paisajes exóticos sino mejorar el paisaje existente”. Las áreas eran proyectadas por una especie de 'deuda' con la naturaleza: el jardinero es capaz de mejorar el terreno y éste obedecerá las estipulaciones de su creador para revestirse de la belleza que le promete.

Uno de los ejemplos del afán regenerador de Capability Brown será la elaboración de un gran proyecto verde sobre las ruinas de los jardines de Wise. Con apenas cuatros elementos, Capability es capaz de transmitirnos una belleza ordenada. Los pilares arquitectónicos sobre los que se sustenta este vergel son un palacio, un puente, una columna conmemorativa y un templo gótico. El agua actuará como un elemento integrador de la flora y la piedra.

La omisión consciente de la intervención humana levanta ampollas en la sociedad de la época. La gran pregunta de sus coetáneos era que, si había que reformar un territorio, ¿por qué no dejar constancia firme de la mano del hombre? Al mismo tiempo, la invasión de la tecnología en infraestructuras como el ferrocarril y la multiplicación de los espacios verdes en el corazón de la urbe, exigías nuevos planteamientos.

Las bases del 'Landscape Gardering'
Un acontecimiento vendría a asentar el término 'Landscape Gardering' (jardín paisajístico). La decisión real de no habitar el londinense Regent’s Park, permitió su apertura al público general. Repton sería el encargado de diseñarlo y colocarlo en la primera línea de los paisajes modernos. Huyendo de las posiciones extremistas de otros jardineros como Wise o Capability, Repton pondría en práctica la conjunción de dos universos: el de los elementos constitutivos del parque y el de las formas y estructuras. El resultado, la vuelta al papel protagonista del jardinero en detrimento del arquitecto.

En la misma base, trabaja Jekyll, un jardinero inmerso en la primacía del elemento versus estructura. Destacar especialmente sus impresionantes 'cottages' ingleses, espacios vegetales donde el dominio lo ostenta el componente individual, no la proyección sobre la que se articula. La fantasía y el mundo de los sueños serían la mejor apuesta de otro maestro paisajístico: Girandin, un hombre que concibe el jardín como un espacio pintoresco que acumula sensaciones, paisajes y leyendas.

La entrada de las áreas verdes en las programaciones urbanísticas quiso trasladar el jardín privado a amplios terrenos de carácter público. Dos de los que mejor supieron llevar a la práctica dicha metamorfosis fueron Alphand y Barrilet. Hoy en día, podemos disfrutar de amplios jardines en casi cualquier urbe, pero en sus comienzos, el urbanismo verde era todo un reto. La unión entre ciudad y naturaleza concluyó finalmente en un matrimonio bien avenido.


Documentación escrita y gráfica:
www.grancanariaweb.com/edgar

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Elementos que definen el jardín francés:
La perspectiva
La subdivisión lateral (espacio) > La estructura
EL agua
La topiaria (La taille)
La escala
La geometria
La articulación
EL paisaje francés
El paisaje francés estaba dominado normalmente por grandes masas de bosque. La agricultura no estaba muy desarrollada y estaba reducida a los entornos o incluso a los interiores de las ciudades amuralladas (Hortus conclusus) ya que la estabilidad política era muy frágil. La topografia no es un elemento del paisaje francés ya que casi todo es plano y si no, ésta se intenta disimular.
El chateau externo a las ciudades será el lugar de referencia en este bosque y alrededor de él se procederá a crear los vaciados que conformarán los jardines franceses. El agua en estos castillos es muy importante como elemento de defensa
Los antecedentes y la situación política
En el momento que Luis XIV consigue someter a los nobles se inicia una monarquia absoluta que no terminará hasta la revolución francesa. En estos momentos Mercogliano es un jardinero italiano que es traido a francia para trabajar y aunque sobre la base del jardín medieval introduce muchos elementos renacentistas en sus composiciones, éste sistema de jardín italiano basado en el dominio del espacio no encaja en el paisaje francés y por tanto se queda exclusivamente en el interior de las murallas.
Los personajes que realmente consiguieron situarse en el paisaje francés fueron Le Notre, Le Vaux y Le Bru cuando Fourquet les encarga que hagan el jardín de Vaux Le Vicomte (1656-1661). En estos momentos ya se había instalado la estabilidad política de Luis XIV en el territorio y había riqueza suficiente como para establecer estos jardines fuera de las murallas. Luis XIV cuando visitó estos jardines vió claramente que podían reflejar en el territorio su gran poder a la vez que representar el pensamiento cartesiano existente, por tanto mandó encarcelar a Fourquet y se llevó a Le Notre, Le Vaux y Le Bru para que construyeran su propio jardín.

Los elementos del jardín francés

La prespectiva , asociada al gran eje visual, fue la manera de mostrar el poder absoluto. La escala también es fundamental en los jardines franceses. Le Notre supo encontrar la escala idónea ya que aún siendo jardines enormes nunca llegas a perder la escala humana.
Al eje le pueden pasar muchas cosas –estrechamientos, alargamientos- pero siempre se mantiene el eje visual. Apunta hacia el infinito, no a un punto singular del territorio, por tanto más allá del jardín no existe nada más que el vacío o el infinito. Dado que es un espacio cortesano, estos jardines necesitaban de espacios para las actividades de la corte pero no podían interrumpir el eje visual. El agua es uno de los elementos que sirven para organizar el espacio, además sirve para enfatizar por ejemplo el reflejo del castillo en el eje visual o por ejemplo para ampliar el recorrido al disponerla paralela al eje. Este elemento al disponerse en forma de lámina horizontal nunca oculta el eje visual.
El parterre es otro elemento para rellenar el gran vaciado. Los parterres de Broderi son muy recargados, parecen tapizados o bordados. Los parterres a la inglesa son láminas de césped con unas líneas sin cesped y algunas especies arbóreas singulares.
La topiaria se utiliza de una forma exagerada. El vegetal acaba siendo utilizado como un mueble muy geométrico, hecho que provoca muchas críticas en el momento que hacen que al morir Le Notre deje de ser tan estricto el uso de topiaria, pero también se perderá el control tan inteligente de la escala que también él fue capaz de generar.
La articulación de los cuatro elementos principales, el chateau, la perspectiva, el agua y los espacios cortesanos no es forzada, sinó que lo que ocurre es que cada uno obtiene la intensidad que necesita relacionándolos con los requerimientos territoriales.

ESQUEMA BÁSICO DE LOS JARDINES FRANCESES

1) Vaciar
2) Absolutismo
Dominio visual del territorio
Geometria topiaria
3) Cartesiano
4) Barroco. Mostrar las capacidades del poder absoluto. Escenografia
5) Espacios cortesanos
6) Estructura proyeccion en el territorio

Este es el esquema de Vaux le Vicomte y es el que veremos en Versalles, pero dado su tamaño, son elementos que hacen la transición entre arquitectura y territorio, por tanto el territorio sobre el que se extienden será muy importante.
El jardín intenta que el observador crea que lo más importante es el castillo. Todo tiene que entenderse como una unidad. El espacio es global, no hay elemento que sobresalga más que la visión del castillo, es por tanto un juego hábil de introducir elementos o secuencias sin destruir el eje visual, la unidad del conjunto. El perfil está pensado para tener la pendiente necesaria para evitar visiones distorsionadas del chateau o del infinito. Aparecen elementos que pretenden llenar el espacio sin perder tampoco la escala.
La primera obra de geometrización del territorio es canalizar el rio a su paso por el jardín para dejarlo libre después. La lamina de agua creada sólo se ve desde ciertos puntos.




Las preexistencias en el jardín de Versailles son el palacio que antes era un pavellón de caza que tenía Luis XIII. Para dar sentido al eje que se va a crear se utilizan nuevos mecanismos respecto Vaux le Vicomte como son los estrechamientos o los ensanchamientos del ejem. El esquema tiene mucha importancia porque luego será retomado formalmente por Haussmann para reformar París. El eje está constituido por una sucesión de espacios cortesanos creados como vacíos en el bosque. En estos espacios hay un cambio de escala necesario más próximo a la arquitectura para crear un carácter más íntimo.
Los Jardines del Palacio de Versalles
André Le Nôtre fue poco a poco perfeccionando el modelo de un gran jardín a la francesa. Este jardinero ¡en su vida había cogido un rastrillo! era botanista y poseía conocimientos de arquitectura y pintura. Versalles presentaba numerosas dificultades, entre ellas, la estrecha colina y los pantanos. Sin embargo el proyecto, cuyo verdadero inspirador fue Luis XIV, se llevó a cabo con éxito.
El trazado general es geométrico: el jardín está ordenado a partir de un eje central con ejes secundarios, avenidas en forma de estrellas, estanques circulares y semicirculares. Un conjunto simétrico organizado en varios niveles. Los árboles están tallados muy rigurosamente y constituyen una auténtica arquitectura vegetal. A la vuelta de cualquier avenida surgen nuevos puntos de vista, nuevas fuentes, nuevas estatuas, emparrados en forma de bóveda y árboles tallados como si fueran madrigueras.
El jardín se extiende en torno al Gran Canal, de estilo veneciano: un estanque de agua de 23 ha y de 5,5km de perspectiva. El gran eje, situado al ocaso, prolonga la perspectiva del jardín hacia el infinito. A ambos lados del Gran Canal se erigen bellas parcelas forestales formadas por diferentes especies de árboles y surcadas por grandes avenidas con hileras simples o dobles de robles y tilos. Estas avenidas poseen sugerentes nombres como la avenida de "ha-ha" (grito de casa) o avenida "de los pavos reales".
El curso del Sol
La historia de Apolo, ilustración del mito solar, dicta los temas de las estatuas y de las fuentes del eje central. El gran estanque del extremo occidental está decorado con el carro de Apolo: el dios solar surge de las aguas en un carro tirado por cuatro caballos. Cerca del palacio, Latona, madre de Apolo, domina la fuente central. El ciclo termina en la gruta de Tetis, desaparecida al construirse el ala norte.
Rigor...
El trazado general es geométrico: el jardín está ordenado a partir de un eje central con ejes secundarios, avenidas en forma de estrella, estanques circulares y semicirculares. Un conjunto simétrico organizado en varios niveles.
Los árboles están tallados rigurosamente creando una auténtica arquitectura vegetal.
En torno al palacio se extienden los parterres que, concebidos para ser vistos desde el primer piso, contribuyen al enaltecimiento de la arquitectura. El del Mediodía es un encaje («broderie») de boj coronado de flores, el del Norte está formado de boj y de césped, y, en el centro, los dos estanques de agua del parterre están delimitados por estatuas recostadas que simbolizan los principales ríos de Francia, obras maestras de la escultura de la época.
y fantasía
Pero a la vuelta de cualquier avenida surgen nuevos puntos de vista, nuevas fuentes, nuevas estatuas, emparrados en forma de bóveda, árboles tallados como si fueran madrigueras...
La fantasía se desarrolla en los 9 bosquecillos existentes de los 14 que hubo en su día. Estos bosquecillos crean «saloncitos» de vegetación en forma de ovillo situados en los pequeños bosques -de ahí su nombre- de las avenidas, desde las que nadie puede imaginarse la existencia de tales maravillas.



Una de las incesantes inquietudes del Rey Sol fue la búsqueda de recursos de agua para alimentar las fuentes de Versalles. Incluso en plena guerra, el monarca, preocupado por la cuestión, pensó en traer las aguas del Loira, situadas a 200 km de distancia. Pero la construcción de la extraordinaria máquina de Marly -hoy en día destruida- canalizó las aguas del Sena hasta Versalles, mientras que el gigantesco acueducto de Maintenon (de casi 80 km), destinado a traer las aguas del Eure, quedó inacabado.

Resultado de todos esos esfuerzos son los 200 km de acequias, pozos y acueductos que existen todavía en los alrededores de Versalles. El conjunto realizado por los matemáticos e ingenieros de Luis XIV sigue siendo único por su maestría técnica y por su estado de conservación. La red, concebida desde sus orígenes como un circuito semicerrado, comporta depósitos tanto al exterior como bajo tierra y presenta numerosas galerías y bombas.
Esculturas de agua
Entre los diferentes estanques y fuentes de Versalles y del Trianón, producen efectos de agua. Según la forma en la que terminan los caños, el agua sale a borbotones, como una ola, en forma de lengua o a chorros. El estanque de Neptuno, el centro de las fiestas nocturnas, comporta 58 surtidores y presenta 147 efectos hidráulicos.
El Invernadero de los Naranjos y el Huerto

El Invernadero de los Naranjos: un lugar único
Más abajo del palacio, el Invernadero de los Naranjos desaparece bajo la tierra. La Escalera de los Cien Peldaños que lo rodea asegura la estabilidad de los terrenos. La situación original del invernadero le da una impermeabilidad perfecta. Su orientación en pleno sur y los dobles contramarcos de las ventanas mantienen en invierno una temperatura que oscila entre 5° y 8°.

La amplitud, la altura (13m) y la pureza de sus líneas hacen del Invernadero de los Naranjos uno de los mejores ejemplos del talento arquitectónico de Jules-Hardouin Mansart.

Todos los árboles fueron plantados en cajones de madera: naranjos de Portugal, de España o de Italia, limoneros, granados (algunos tienen más de 200 años), adelfas, palmeras (desde principios del s. XX) e incluso tomateras.
Estos árboles dan pocas frutas ya que fueron tallados en forma de bola para un uso puramente decorativo. Los jardineros los sacan a mediados de mayo y los vuelven a meter en el invernadero a mediados de octubre, transportándolos en una carretilla.
El Huerto
Nada ha cambiado desde hace trecientos años. Desde las terrazas encajonadas del Huerto se pueden contemplar las vistas más hermosas de este teatro natural. Cerca del Invernadero de los Naranjos, el Huerto del monarca producía frutas y hortalizas excepcionales destinadas al consumo del rey y de sus cortesanos, hoy en día asequibles a todos los visitantes que deseen descubrir la calabaza azul de Hungría y la pera Buen Cristiano de Invierno. Las variedades antiguas aparecen junto a las más modernas.Los árboles en espalderas, en forma de palmera o trepando alrededor de un palo se alínean en las parcelas del jardín, a través de muros formados por arcadas.
El arboretum de Chèvreloup
En 1699 Luis XIV adquirió el llano de Chèvreloup situado al noroeste del dominio para instalar en él una granja real y utilizarlo también como terreno de caza.
En la actualidad las 200 hectáreas del terreno están plantadas con 2.000 árboles provenientes de Europa, el Cáucaso, China, Japón, Canadá, Estados Unidos, Chile... así como de variedades hortícolas y especies amenazadas.
El Gran Parque
Un antiguo terreno de caza
Durante el Antiguo Régimen el jardín era ocho veces más grande que hoy. Pues lo que actualmente se denomina Gran Jardín era entonces el Pequeño. En el primero se practicaba la caza de montería y en el segundo la caza al blanco. Los muros que los separaban, y que hoy en día forman el recinto del dominio, estaban interrumpidos por fosas llamadas «saltos de lobo» que impedían a estos animales acercarse, al mismo tiempo que creaban grandes perspectivas.