La rosa, la reina del jardín
Se dice que los orígenes de las rosas cultivadas se remontan a la jardinería en la antigua China Imperial. En la mitología hindú se la relacionaba con la diosa del amor y la belleza, así como en la Grecia clásica. También fue muy venerada en el Egipto faraónico. Existe la creencia de que Cleopatra hacía rellenar sus almohadas con pétalos de esta flor.
La rosa ha conquistado una popularidad que difícilmente puede disputarle cualquier otra flor. De hecho, está considerada como ‘la reina de las flores’. Además de su aroma, suave y exquisito, las rosas tienen el atractivo de sus hermosas flores, y una apariencia elegante que la hace ser la planta más cultivada en parques y jardines de todo el mundo.
Condiciones moderadasLas especies de flores grandes son ideales para ser cultivadas en el jardín, y las pequeñas en balcones y terrazas. En compensación, éstas últimas florecen ininterrumpidamente de mayo a noviembre.
En la práctica no existen situaciones ambientales, excluida la sombra total, que impidan el cultivo de la rosa.
Basta con que el rosal reciba de tres a cuatro horas de sol por la mañana para que florezca regularmente.
Prefiere los términos medios, ni excesivo riego ni demasiada sequía. Si se cultiva en maceta, conviene regarlo cada 3 ó 4 días, y en el caso de que esté en el jardín, una vez a la semana.
Ejemplo de adaptaciónLos rosales se desarrollan mejor en zonas templadas y crecen con más facilidad en condiciones de inviernos fríos y helados, primaveras suaves, y días con mucho sol en verano. Los situaremos en un lugar con abundancia de luz, calor y humedad.
La planta no debe ponerse a favor del viento, ni tampoco a pleno sol.
Sin embargo, la versatilidad de la rosa hace que pueda adaptarse a condiciones adversas de temperaturas y cantidades variables de sol y de lluvia.
Existen pocos lugares en el mundo donde no pueden ser cultivadas, tales como sitios de permanente sequía o fríos intensos y prolongados
Se dice que los orígenes de las rosas cultivadas se remontan a la jardinería en la antigua China Imperial. En la mitología hindú se la relacionaba con la diosa del amor y la belleza, así como en la Grecia clásica. También fue muy venerada en el Egipto faraónico. Existe la creencia de que Cleopatra hacía rellenar sus almohadas con pétalos de esta flor.
La rosa ha conquistado una popularidad que difícilmente puede disputarle cualquier otra flor. De hecho, está considerada como ‘la reina de las flores’. Además de su aroma, suave y exquisito, las rosas tienen el atractivo de sus hermosas flores, y una apariencia elegante que la hace ser la planta más cultivada en parques y jardines de todo el mundo.
Condiciones moderadasLas especies de flores grandes son ideales para ser cultivadas en el jardín, y las pequeñas en balcones y terrazas. En compensación, éstas últimas florecen ininterrumpidamente de mayo a noviembre.
En la práctica no existen situaciones ambientales, excluida la sombra total, que impidan el cultivo de la rosa.
Basta con que el rosal reciba de tres a cuatro horas de sol por la mañana para que florezca regularmente.
Prefiere los términos medios, ni excesivo riego ni demasiada sequía. Si se cultiva en maceta, conviene regarlo cada 3 ó 4 días, y en el caso de que esté en el jardín, una vez a la semana.
Ejemplo de adaptaciónLos rosales se desarrollan mejor en zonas templadas y crecen con más facilidad en condiciones de inviernos fríos y helados, primaveras suaves, y días con mucho sol en verano. Los situaremos en un lugar con abundancia de luz, calor y humedad.
La planta no debe ponerse a favor del viento, ni tampoco a pleno sol.
Sin embargo, la versatilidad de la rosa hace que pueda adaptarse a condiciones adversas de temperaturas y cantidades variables de sol y de lluvia.
Existen pocos lugares en el mundo donde no pueden ser cultivadas, tales como sitios de permanente sequía o fríos intensos y prolongados