jueves


La mayor parte de las especies se plantaron de semillas importadas desde diversos países, frecuentemente provenientes de Instituciones Botánicas, pero también ha habido numerosos especimenes importados como plantas de diferentes tamaños. Esta modalidad respondía a la urgencia de abrir el Jardín Botánico unos pocos años después. Las plantas se almacenaron en un invernadero de cuarentena. Algunas se compraron en viveros locales, mientras que otras se importaron desde el extranjero. Los dos Jardines Botánicos existentes en las Islas Canarias contribuyeron con la donación de ejemplares verdaderamente valiosos. Instituciones Botánicas de todo el mundo cooperaron compartiendo semillas de especies raras con el Palmetum, llegando a contener en el vivero de reproducción más de 700 especies de plantas en 1999. Se organizaron muchas expediciones a los trópicos con la finalidad de colectar semillas de especies únicas para la colección, para estudiar poblaciones de palmeras locales y para adquirir piezas de artesanía local para el Museo Etnográfico de Palmeras. Carlo Morici fue contratado en la primavera de 1996 con el fin de hacerse cargo de los asuntos botánicos, organizar una biblioteca y establecer una red de contactos. Dennis Johnson, fue el encargado de obtener la colección documentada de objetos fabricados con palmeras para el museo etnográfico.
Los primeros especimenes se plantaron en tierra en Septiembre de 1996. Algunos, como Roystonea regia, Sabal palmetto y Acoelorraphe wrightii, eran adultos. Alrededor de la superficie llana de la montaña se plantó una corona cortaviento compuesta por especies rápidas de los géneros Casuarina, Thespesia, Coccoloba, Tamarix, Washingtonia, Syagrus y Cocos. Durante los dos primeros años, las plantaciones fueron dirigidas intensivamente por Carlos Simón, quien también diseñó algunas de las espectaculares cascadas creadas a partir de inmensas rocas volcánicas. Dos de estas cascadas se ubican dentro del umbráculo octogonal. Otra enorme, diseñada por Elías del Castillo, domina sobre la sección Caribeña y descarga sus aguas en una "playa" de arena clara y cocos adultos plantados en 1999. La mayor parte de las especies se plantaron en grupos con el objetivo de conseguir el efecto de "poblaciones naturales" que recordasen la apariencia que tomarían en estado salvaje.